
1. Definir objetivos y alcances del análisis.
2. Establecer fechas tentativas de inicio y culminación del estudio.
3. Seleccionar al responsable de esta tarea y asignar responsabilidades.
4. Recopilar toda información requerida para el análisis.
5. Validar los datos mediante pruebas de consistencia y exactitud.
6. Organizar la información definitiva y aplicar la metodología apropiada.
7. Determinar las razones financieras más relevantes y obtener porcentajes de los diferentes elementos contables.
8. Los índices financieros, las relaciones porcentuales y otros indicadores que hayan sido obtenidos serán sometidos a una variada interrelación hasta llegar a las primeras conclusiones importantes, a través de la interpretación objetiva de los hechos.
9. Estas conclusiones serán verificadas con los principales responsables de la ejecución; así por ejemplo el índice de liquidez podría ser cotejado con la opinión del tesorero; estos criterios fortalecerán o desvanecerán los juicios del analista.
10. Una vez que se tenga la absoluta certeza y convicción de que los càlculos y relaciones son consistentes, se procede a fijar las opiniones y juicios de valor sobre la posición financiera y económica de la empresa, en un informe que contenga resultados relevantes, opiniones, conclusiones y recomendaciones.
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